Cuatro películas que desde diversos géneros involucran a personajes relacionados con la literatura en busca de expresar su carga emocional, fama y reconocimiento o una forma de llevar su vida por los cauces del afecto cercano. De la comedia al drama con toques de suspenso y humor negro, según se vayan presentando los acontecimientos, retomados de casos reales o construidos desde la ficción, se plantean relaciones y vínculos afectivos diversos. Todas disponibles en los videoclubes de la ciudad.
ESCRITOS DESDE LA REALIDAD
Basada en los escritos del periodista y poeta Mark O´Brien (Boston, 1949 – Berkeley, 1999), paralizado por polio y atrapado en un pulmón metálico para poder respirar, Sesiones de sexo (The Sessions, EU, 2012) sigue la intención de este optimista hombre, ayudado por su asistente (Moon Bloodgood), para perder la virginidad y la relación que establece con una asesora sexual para tal efecto, después de despedirse dolorosamente de su anterior cuidadora y antes de iniciar un nuevo vínculo con la mujer que lo acompañó hasta el final de sus días. Su vida ya había sido retomada en el documental corto Lecciones de respiración: la vida y obra de Mark O´Brien (1997) dirigido por Jessica Yu.
Dirigida con notable calidez y cercanía por Ben Lewin, en la línea de Mi pie izquierdo (Sheridan, 1989) y La escafandra y la mariposa (Schnabel, 2007), y eludiendo el posible morbo implícito en esta travesía sexual acompañada por el pertinente score del multisolicitado Marco Beltrami, la historia destila humor negro, sensibilidad y empatía hacia sus personajes, notablemente interpretados por John Hawkes, Helen Hunt y William H. Macy, como el sorprendido y comprensivo cura católico vuelto confesor y amigo del escritor que, además, se dedicó a ser portavoz de las personas con algún tipo de discapacidad.
Por su parte, Conociendo a Flynn (Being Flynn, EU, 2012) sigue la intermitente relación que establece un joven aspirante a escritor en proceso de ubicación existencial (Paul Dano), con su ególatra, racista y homófobo padre, quien lo abandonó muchos años atrás y ahora se autonombra uno de los tres grandes autores estadounidenses, mientras maneja un taxi para después vivir como homeless sin el mínimo sentido de autocrítica (Robert De Niro, en una segunda etapa de Taxi Driver). El inesperado reencuentro traerá el recuerdo de la esposa y madre respectivamente (Julianne Moore) y detonará reflexiones para ambos, con los esperados conflictos y reclamos mutuos.
Basada en el libro del propio Nick Flynn acerca de esta vivencia con su progenitor, el destino de su madre y su trabajo en un centro comunitario, y dirigida por Paul Weitz (Un gran chico, 2002; Un buen jefe, 2004; American Dreamz, 2006) con la música de Badly Drawn Boy, el filme se queda en un nivel más bien descriptivo y neutro, sin profundizar demasiado en los personajes o situaciones, aunque manteniendo una agradecible fluidez que permite dar cuenta de cómo se fueron reconvirtiendo las relaciones entre padre e hijo, después del trauma de la ausencia, referida entre imágenes de textura onírica.
ESCRITOS DESDE LA FICCIÓN
Dirigida, escrita e interpretada con un dejo de nostalgia por Josh Radnor, Amor y letras (Liberal Arts, EU, 2012) es una muy disfrutable comedia romántica que esquiva el esquema tradicional y se sitúa en estos tiempos posmodernos, donde las soluciones no están predestinadas. Un treintón amante de la literatura que trabaja responsablemente aunque sin mucha convicción en el departamento de ingreso en una escuela, conoce a una sensible estudiante (Elizabeth Olsen) cuando asiste a la despedida de su exprofesor en la universidad donde él estudió (Richard Jenkins).
De paso y a manera de viaje introspectivo al alma máter, se topará con algunos personajes particulares como una maestra de la época romántica, paradójicamente anti romántica y de apabullante pragmatismo (Allison Janney), un estudiante inteligente con tendencias suicidas y un joven locuaz que encuentra la felicidad en todas partes; mientras tanto, su relación se sostiene con cartas escritas a mano y un redescubrimiento de la música clásica, entre resistencias por la distancia, la diferencia de edad y ciertos gustos literarios. Con voz en off que acompaña pasajes transicionales, la cinta termina por ser una historia evocativa, sin mayores aspavientos ni recursos melodramáticos.
En contraste, El gran secreto (The Words, EU, 2012) es una película ambiciosa que se quedó más en el intento que en la consecución: de pronto es difícil seguir con credibilidad las decisiones de los protagonistas y por momentos el interés se queda entre líneas, a pesar de contar con un argumento interesante en el que se juega con los tiempos, la realidad y la ficción y, por supuesto, el relevante tema del plagio en el mundo de la literatura, sobre todo considerando los premios recientes que se han dado en México.
Dirigida y escrita por los debutantes Brian Klugman y Lee Sternthal, la cinta intenta transitar por los terrenos de la metaficción, a partir de un cierto desdoblamiento argumental que termina siendo percibido como una idea un cuanto tanto desperdiciada, dado su potencial dramático, su campo reflexivo acerca de la necesidad de la fama y hasta de thriller literario; no obstante, hay momentos logrados como el simbólico abrazo reconciliatorio en el fregadero y ciertos cambios de rumbo que invitan a la polémica. El reconocido reparto integrado por Jeremy Irons, Bradley Cooper, Dennis Quaid, Zoe Saldana y Olivia Wilde transita de manera cumplidora.