Los cuatro partidos del regreso terminaron empatados, por lo que quienes habían sacado algún tipo de ventaja en la ida, terminaron clasificando a las semifinales. Ningún equipo ganó sus dos enfrentamientos y solo uno avanzó por su mejor posición en la tabla.
A pesar de avanzar con el resultado de la ida, el América salió como si le urgiera anotar: veinte minutos de asedio a la madriguera del Pachuca que apenas atinaba a revolverse para evitar el gol en contra. Varios desbordes que terminaron en centros angustiosos que no lograban concretar. Una especie de espejo en relación al partido anterior. Tras al menos tres llegadas francas y apenas pasada la media hora, un error de los de casa fue aprovechado por Idriss para mandar a la visita al frente en el marcador, sin haber tejido una sola jugada de relativo peligro al frente. La segunda parte transcurría con presión de las Águilas pero limitado peligro hasta que cerca del final pisaron el acelerador y tras generar un par de riesgo, el ingresado Quiñones empujó la pelota sobre la hora para empatar el global y darle el pase a los capitalinos por la posición en la tabla.
El Toluca contó con la mejor ofensiva del torneo pero desde el último juego del torneo regular y el partido de vuelta no ha encontrado la red. El Guadalajara se presentó en el infierno con cautela, si bien pronto recibió la furia del Diablo que se lanzó con toda su malicia, dejando pronto una pelota en el poste y después un mano a mano del pródigo Vega que resolvió el arquero Rangel, también desviando un venenos disparo abajo y ya en la segunda mitad, sacando otro disparo que iba para adentro, convirtiéndose en el jugador clave del juego. Se le negaba el gol al local y todo se complicó con la expulsión de García al 58’. Se abrió el juego y los de Jalisco tuvieron varias llegadas para sentenciar pero no sabían concretar, mientras que el local dejó otra pelota en el poste, desviada por el héroe de la portería rayada, y un gol de Vega que al final fue anulado por el VAR, después de un festejo enloquecedor que se quedó solo como un buen recuerdo.
Los Pumas de la UNAM salieron al estadio Azul como se esperaba: presionando desde la zona alta, mordiendo en todas las jugadas y buscando anotar pronto para ganar confianza y abrir el reducido margen para la esperanza. Fueron diez prometedores minutos de la visita pero después el Cruz Azul emparejó el trámite y empezó a llegar, aunque con una mala puntería que se prolongó hacia la recta final de la primera parte, cuando tuvieron al menos tres opciones para sentenciar la eliminatoria; por su parte, los universitarios fueron bajando el ritmo y la presión, recuperada al arrancar la segunda mitad, cuando después de una falla clara del local, recortaron distancias con el gol de. Siguieron al frente y por poco logran el segundo al 63’ para anotar el segundo pero el disparo salió ligeramente desviado en el mano a mano. A partir de ahí, una agradecible secuencia de goles: Gutierrez al 76’, enterrando las esperanzas, remotamente resucitadas con el tanto de Huerta al 85’, ya cuando jugaban con diez, y sepultadas en definitiva con el 2-2 de Faravelli. El fantasma de las derrotas imposibles no apareció en el estadio Azul.
A pesar de la ventaja, el Monterrey saltó a su campo tratando de controlar la pelota, presionando al frente y sin especular con los dos goles de ventaja, dada su mejor posición en la tabla. La UANL se mostraba dubitativa al inicio pero paulatinamente fue emparejando la cancha, al grado de contar con mayor posesión en la cancha contraria. Ante la nulificación de fuerzas, nada mejor que un gol: así llegó el tanto de Gignac, poco antes de la media hora, para meterle mayor nervio a la serie. Reaccionó el local en el arranque de la segunda parte con intensidad y mayor coordinación con todo y los buenos ajustes de Ortiz, produciendo peligro al frente que incluyó un anticipatorio cabezazo al palo: poco después, al 59’ Cortizo emparejó el partido y volvió a poner la eliminatoria con dos de diferencia. No dejaron de luchar los Tigres pero no lograron conectar los zarpazos definitivos, mientras los Rayados tuvieron las suyas para aumentar su cuenta pero el marcador ya no se movió.