Archive for agosto 2023

MUNDIAL FEMENIL 2023: LA FINAL

20 agosto 2023

Toda una fiesta para el fútbol los 64 partidos que se desarrollaron en Australia y Nueva Zelanda, primera vez que se realiza en sede compartida y de dos distintas confederaciones. Selecciones que han incrementado sus destrezas técnicas y estratégicas al punto de lograr vencer a las favoritas de siempre, como Estados Unidos, Alemania y Japón, esta vez quedándose en la orilla; mujeres que juegan con lealtad e intensidad, atentas a la pelota con todo y elusivos destellos, evitando el fingimiento de faltas o el constante reclamo a las árbitras. Ojalá los niños jugaran como las niñas.

España llegó tras una fase de grupos en la que fue superada por Japón y derrotó a Zambia y a Costa Rica, para después vencer a Suiza sin problemas en los octavos; en cuartos hizo lo propio con Países Bajos en tiempo extra y a Suecia en la semifinal, con una anotación en los últimos minutos del tiempo regular. Por su parte, Inglaterra derrotó a China, Haití y Dinamarca para sellar paso perfecto en su grupo; a Nigeria en los octavos hasta la instancia de penales; remontó a Colombia en los cuartos y venció a las anfitrionas australianas en la semifinal. Dos poderosas selecciones femeniles de países con gran tradición futbolera se vieron las caras para dirimir el título en su novena edición, ganado cuatro veces por Estados Unidos, dos por Alemania y una por Japón y Noruega, respectivamente.

El partido decisivo empezó de manera equilibrada, con los dos conjuntos buscando tener la pelota y avanzar al frente. Los nervios convivían con la intensidad en la lucha por la posesión y el adueñamiento de los espacios: las 22 jugadoras se mostraban involucradas y comprometidas. Fueron las inglesas quienes generaron la primera de peligro con un brillante disparo de Hemp que se quedó en el travesaño, aunque las españolas no se quedaron atrás y pronto se acercaron a la puerta rival a través de un par de remates que no terminaron por mover las redes pero que anunciaban la inclinación de la cancha en favor de la furia roja, que se vería en la mayor parte de los lapsos del encuentro.

Poco antes de la media hora de partido, en una pelota recuperada, Mariona Caldentey abrió la cancha para la llegada de Olga Carmona, también anotadora en la semifinal frente a Suecia, quien sin pensarlo demasiado cruzó su disparo raso de primera intención para que el balón se incrustara en la portería y así mandar al frente a las suyas, tras un dominio que ya avisaba la ruptura del cero. Descontrol inglés que era aprovechado por las de rojo, ensanchando el terreno con sus dos ágiles laterales y penetrando la defensa contraria con peligro, incluso dejando una pelota en el poste por parte de la joven Salma, justo cuando la jueza estadounidense decretaba el final de la primera parte, con un ligero despertar británico. 

Un par de cambios de las de la isla enviados por Wiegman para adelantar filas y el segundo tiempo arrancó con similar tesitura en el que los disparos de las ibéricas se multiplicaban y ya sea que pasaban cerca o Mary Earps, la mejor arquera del mundo, se lanzaba con enorme soltura para llegar a desviar la pelota o atraparla, tal como lo hizo con el penal que ejecutó la resucitada jugadora del Pachuca, Jenni Hermoso, al 69’. Se esperaba que esta parada impulsaría a las de de azul pero la reacción no terminaba de consolidarse y las largas interrupciones por lastimaduras y la revisión del VAR, le quitaron fluidez al cotejo, todavía con la sensación de que era más probable el segundo tanto que el empate.

Algunos avisos por parte de las leonas que no encontraban buen puerto y un control cada vez más eficaz de las españolas, quienes manejaron con toque y gran idea de conjunto los 13 minutos de compensación, en los que incluso pudieron ampliar el marcador, si bien no faltó la cuota de drama hacia el final, ya con las campeonas de Europa volcadas en busca del empate. No llegó y España terminó por coronarse con toda justicia en Sidney, tras regalarnos un brillante partido de conjunto lleno de virtuosismo. Su primer título y un futuro prometedor para este equipo que ya domina un estilo propio, lucidor y efectivo a la vez.

*Foto de El País.

SIXTO RODRÍGUEZ: PROFETA DESDE LOS MÁRGENES

15 agosto 2023

El reconocimiento masivo tiene de pronto lógicas extrañas de operación, así como la industria de la música: uno pensaría que tal o cual disco o canción nunca llegaría a las audiencias y de pronto ahí está, encabezando las listas; en el otro sentido, se escuchan obras que parecieran tenerlo todo para instalarse en las orejas del respetable: melodías accesibles, letras inteligentes, instrumentaciones armónicas y producción cuidada. Pero no. Por alguna razón, el cantante en cuestión no termina de sonar en las radiodifusoras y locales de su entorno y pasa desapercibido, al menos en su contexto próximo, acaso por razones temáticas de su poesía o de estereotipo. 

Puede darse el caso, sin embargo, que en otras tierras lejanas sí se le valore y resulte ser todo un éxito radial y un fenómeno incluso de culto, dado su estatus de hombre misterioso del que no se sabe gran cosa, más allá de su virtuosismo compositivo y poético: no sucede a menudo pero de que pasa, pasa. En la línea de cantautores que alcanzaron los reflectores como Tim Hardin, Donovan, John Martyn, Tim Buckley y Nick Drake, pero sobre todo de algunos más que se quedaron más tras bambalinas como Jeff Moon, Joe Becoat y Paul Martin, se encuentra Jesús Sixto Díaz Rodríguez (Detroit, 1942 – 2023), el misterioso hombre de origen mexicano que tras abandonar la escuela a los 16 años, se interesó por la música y empezó a componer para entregar dos discos a principios de los setenta y desaparecer de la escena.

Firmando simplemente como Rodriguez, debutó con Cold Fact (1970), álbum integrado por doce contundentes, redondas y breves canciones que rondan el folk barnizado de psicodelia y el rock urbano, notablemente producidas con instrumentaciones que se nutren de algunos metales y cuerdas ocasionales, una versátil guitarra que se combina con un bajo saltarín y una puntual batería, empezando por el clásico Sugar Man para aventarse a la electrificación rockera de Only Good for Conversation y reflexionar entre los entresijos de la partida con la recitación de Crucify Your Mind, buscando la liberación no exenta de sacrificio. 

El disco transcurre de manera concisa y maciza a través de cortes que juegan con una poética entre denunciatoria, rabiosa y críptica, como se va escuchando en la dylaniana This is not a Song, it’s an Outburst: Or, the Establishment Blues, de directa crítica política; Forget It como un apacible agradecimiento a pesar de haber llegado al final de la relación; Inner City Blues, homónima del clásico de Marvin Gaye y capturada después en vivo durante una presentación en París en el 2009, y I Wonder, en la que plantea cuestionamientos que van de la esfera personal a la social sobre un piso de teclados. 

El tono callejero aparece en Hate Street Dialogue, mientras que Like Janis cuestiona la superficialidad y el mundo de las apariencias; Gomorrah (Nursery Rhyme), retrata la decadencia y corrupción urbana; Rich Folks Hoax describe las desigualdades económicas a la vista con su receptivo raspón a los curas y a los intentos por ocultar el evidente contraste social, para cerrar con la soledad pesimista de Jane S. Piddy. Un álbum que, en efecto, termina siendo todo un hecho concreto.

Para su segundo y último disco en estudio, Coming from Reality (1971), viajó a Londres y se puso bajo las órdenes del productor Steve Rowland, contando con el apoyo de oficiosos músicos de sesión. El álbum abrió con la santanesca Climb Up On My Music, seguida por A Most Distinguin Song, en clave de spoken word para narrar las tocadas en diversos tugurios y lugares marginales; por la románticamente acústica I Think of You y por la rebelde Heikki’s Suburban Bus Tour, recordando sus tiempos de protesta y de activismo en campo.

Silver Words? remite al estilo de Jim Croce y sus juegos de cuerdas al fondo, extendidas a la brillante Sandrevan Lullaby – Lifestyles, entonada con la necesaria gravedad, mientras que To Whom It May Concern, guiada por un piano en vertiente pop para cuestionar el nivel de importancia otorgada a los sucesos.El disco entronca en su parte final con en plan narrativo con It Started Out So Nice, viaje sideral que se va poniendo extraño, y Halfway Up the Stairs, abriendo con un piano eléctrico que da pie a una suave rítmica para señalar lo difícil que es quedarse a la mitad del camino con alguien como ella.

La cerradora Cause se volvió profética: el narrador es despedido de su trabajo dos semanas antes de navidad, ante la indiferencia generalizada, y a Sixto le pasó lo mismo con la disquera Sussex, que le dio las gracias ante las bajas ventas, si bien tronó en 1975. El disco tuvo un relanzamiento bajo el nombre de After de Fact (1976), que incluyó los cortes adicionales Can’t Get Away, I’ll Slip Away y Street Boy, que presumiblemente formarían parte de un tercer álbum, pero al final le pareció que su segunda obra ya no era posible de ser superada, según declaró en una entrevista. 

LA REALIDAD DESPUÉS DE LOS HECHOS

Rodríguez se presentó en Australia en 1979 y en 1981, mientras que sus discos fueron reeditados en la isla gigante, además de ser ampliamente reconocido en Sudáfrica, en donde el terreno resultó muy fértil para que germinaran sus canciones de protesta y crítica social, sobre todo entre los jóvenes blancos de clases económicas bajas que estaban en contra del apartheid. Se mantuvo fuera del ojo público la mayor parte del tiempo, salvo esporádicas presentaciones y reediciones de sus discos en diferentes formatos.

Tímido y de una sencillez apabullante, veía su labor en el ámbito de la construcción como un trabajo digno que lo mantenía en forma; tras sus conciertos en Sudáfrica en 1998, le daba el dinero a familiares, amigos y causas sociales, mientras que él seguía viviendo en la misma casa del centro de Detroit que hace cuarenta años. Participaba en manifestaciones e intentó entrar a la política para apoyar a los más desfavorecidos, pero no ganó ninguna elección. Como a buen cantante maldito, se le adjudicaban varios suicidios, desde volarse la tapa de los sesos hasta inmolarse en el escenario.

El (re)conocimiento mundial llegó con el multipremiado documental Searching for a Sugar Man (Bendjelloul, 2012), en el que se da cuenta de su particular condición de figura de culto a través de testimonios de sus productores que no entendían porqué sus discos no habían tenido el alcance merecido; de sus tres orgullosas hijas, así como de trabajadores de la construcción que lo veían como un poeta excepcional; un par de personas sudafricanas del mundo de la música que le trataban de seguir la pista, dándole un toque detectivesco al filme, y él mismo, siempre introvertido y dubitativo, declarando que alguna pregunta no sabía cómo responderla.

Entrelazando pasajes de animación y una fotografía que envuelve el misterio junto con los materiales de archivo puntualmente secuenciados, ahí está retratado todo el increíble trayecto desde sus grabaciones poco conocidas en Estados Unidos y su vida llevada con una apabullante normalidad, hasta el furor que causaron en el país africano, alcanzando el frenesí cuando se presentó para dar seis conciertos a finales del siglo pasado. Un profeta desde los márgenes que por fortuna pudo ser redescubierto para valorar sus canciones y la influencia que tuvieron en contextos impensados.