Archive for septiembre 2023

ROBBIE ROBERTSON: DE LA BANDA A LA EXPERIENCIA CINEMÁTICA

6 septiembre 2023

Compositor y guitarrista con habilidades tanto para la creación como la interpretación en los territorios del country, mismos a los que contribuyó a ensanchar para dejar una de las simientes alternativas del estilo que después sería conocido como americana, se desempeñaba por igual como líder de banda, cabalgando en solitario, musicalizando la pantalla o produciendo para afinar la puntería de colegas. Sus letras transitan del enfoque íntimo a la narrativa de sucesos histórico-culturales y descripciones cotidianas de la vida de su país, desde sus profundidades hasta las miradas más urbanizadas.

Bautizado como Jaime Royal Robertson (Toronto, 1943 – Los Ángeles, 2023) de ascendencia mohawk y judía, empezó a aproximarse a la música en la reserva que frecuentaba con su madre para visitar a sus familiares: un primo le enseñó a tocar la guitarra a los 11 años y después continuó por ese camino tocando en ferias, hasta que en 1957 formó con Pete Traynor​ el grupo Robbie and the Rhytm Chords, después llamado Robbie and the Robots, para posteriormente tocar con Little Caesar and the Consuls y con The Suedes, el grupo del propio Traynor.

De ahí saltó a The Hawks para entrar de lleno al mundo del rockabilly en 1960 de la mano de Ronnie Hawkins, quien involuntariamente fue formando un grupo de soporte que se distanciaría de él, primero llamado The Levon Helm Sextet y después Levon and The Hawks en 1964, que grabó The Stones That I Throw, Go, Go, Liza Jane y He Don’t Love You, de la autoría de Robertson, quien también compuso Uh Uh Uh y Leave Me Alone para The Canadian Squires, producto de la asociación con John P. Hammond en 1965, año en el que acompañaron a Bob Dylan como banda de respaldo bajo el nombre otra vez de The Hawks, recibiendo los silbidos del público ortodoxo por la traicionera vertiente eléctrica de quien consideraban el líder del folk.

Ya con un prestigio bien ganado y como The Band, Robertson, Danko, Helm, Hudson y Manuel firmaron el influyente Music from Big Pink (1968), que incluyó clásicos de la autoría del guitarrista como The Weight, de aliento buñueliano, Chest Fever, Caledonia Mission y To Kingdom Come, en la que también cantó; el álbum fue llamado así en honor de la casa donde grabaron un año con Dylan varias canciones convertidas en el primer disco pirata del rock y verían la luz oficialmente bajo el nombre de The Basement Tapes (1975), gracias a la síntesis que realizó Robertson, quien fue el pilar compositivo durante los diez años del grupo.

Su decisiva contribución para The Band se reflejó en la composición de canciones como The Night They Drove Old Dixie Down, sobre un relato ficticio de la Guerra Civil; las afamadas Up on Cripple Creek y Rag Mama Rag, así como Life is a Carnival con Allen Toussaint; The Shape I’m In, alrededor de la desesperación por la pérdida, justamente, de forma; Stage Fight, que advierte el riesgo de vender la integridad artística y The W. S. Walcott Medicine Show, acerca de los médicos de feria.

Junto con Van Morrison escribió 4% Pantomime y le puso letra adicional al clásico Mistery Train, original del blusero Junior Parker; ya convertido en el composito único del grupo, firmó Ophelia con metales juguetones; It Makes no Difference, de enfoque lacónico, y Acadian Driftwood, centrada en la deportación de los acadianos durante la guerra franco-india, entre otras.

Después la separación del grupo, tras sacar el histórico The Last Waltz (1978), vuelto notable y pionero documental rockero de Scorsese, si bien hubo un regreso en los noventas ya sin la presencia de Robertson, empezaron los proyectos solistas, las labores de producción y las colaboraciones, que incluyeron a gente como Jesse Winchaster, Ringo Starr, Eric Clapton, Neil Diamond, Tom Petty, Maria Mckee y Jerry Lee Lewis, entre muchas figuras más.

SOLITARIO Y ENTRE PANTALLAS

Robertson pudo recordar su infancia al colaborar junto con Alex North en la banda sonora de Carny (1980), en la que también terminó actuando al lado de Gary Busey y Jodi Foster, para de ahí empezar una larga colaboración con Scorsese, apoyándolo como productor musical de los filmes Toro salvaje (1980), que inluyó tres composiciones en tesitura jazzera; The King of Comedy (1982), donde incluyó la pieza Between Trains, en honor a un asistente fallecido y The Color of Money (1986), participando en la composición y trabajando junto a Gil Evans y Clapton en la canción It’s in the Way That You Use It.

En solitario presentó el homónimo y redondo Robbie Robertson (1987), producido por Daniel Lanois y acompañado por Peter Gabriel y U2, ahí nomás, además de The Bodeans y Maria McKee; no faltó el apoyo de sus ex compañeros Garth Hudson y Rick Danko, si bien el disco está más enfocado a la búsqueda de otros estilos que a darle continuidad al trabajo previo con la banda habitual: cercano al rock pop atmosférico con una sensibilidad que se expresa claramente en Broken Arrow, entendiendo que era el momento para la ruptura.

Storyville (1991), su siguiente obra, rondó historias sobre los habitantes de aquel lugar en Nueva

Orleans, contadas con una vocal más enfocada como se deja escuchar en Night Parade, los sencillos What About Now y Go Back to Your Woods, compuesta con Bruce Hornsby, y el canto a la pasión amorosa Day of Reckoning (Burnin’ For You); ese mismo año contribuyó con Until the End of the World (1991), el filme de Wenders y le puso música a The Whoopi Goldberg Show (1992-1993). Le dedicó un homenaje a sus ancestros en Music for The Native Americans (1994), acompañado por el Red Road Ensemble para danzar entre coyotes fantasmales y del cual se generó una serie documental.

Tras componer el soundtrack del filme Jimmy Hollywood (1994), realizado por Barry Levinson, volvió a trabajar con Scorsese en Casino (1995) y regresó a la actuación en The Crossing Guard (1995) junto a Jack Nicholson y Anjelica Huston, y a la música para la pantalla en Phenomenon (Turteltaub, 1996) que incluyó Change the World de Clapton, de ahí saltando a convetirse en narrador de Dakota Exile (1996) y Wolves (1999) y musicalizar la comedia romántica Forces of Nature (Lawrence, 1999).

Mientras tanto, produjo su cuarto álbum aún en lógica nativa con alguna grabación anterior de una cantante y extracto de un prisionero, Contact from the Underworld of Redboy (1998), referenciando el racismo hacia su gente e infectado con algunos apuntes prestados de la electrónica, cortesía de su asociación con Howie B, DJ Premier y Marius De Vries, y cerró el siglo haciendo mancuerna con Oliver Stone para la película Any Given Sunday (1999).

Durante el siglo XXI, además de trabajar como ejecutivo en Dream Works, incrementó su colaboración con Scorsese, participando como productor ejecutivo o supervisor en los filmes Gangs of New York (2002), The Departed (2006), Shutter Island (2010), The Wolf of Wall Street (2013) y Silence (2016); le entró al guionismo en Skins (200) y colaboró en la producción de Jenifa (Saegusa, 2004), en Ladder 49 (Russell, 2004) con el corte Shine Your Light (2006) y en Mardik: From Baghdad to Hollywood (2008) como actor.

Fungió como narrador en Curse of the Axe (Bicknell, 2009) y regresó a su discografía con el muy escuchado How to Become Clairvoyant (2011), álbum que reposa en una limpia ejecución en modo calrividente, como se ejemplifica en The Right Mistake y Won’t Be Back, muy bien acompañado por gente de nombre como Steve Winwood, Eric Clapton, Trent Reznor, Angela McCluskey Tom Morello, Robert Randolph, Rocco Deluca y Taylor Goldsmith del grupo Dawes. Compartió su vida en Testimony (2016), su libro de memorias en el que da cuenta de su largo recorrido por el mundo de la música, nombre que también bautizó s un disco con versiones en vivo.

Se encargó de la música para The irishman (2019), componiendo el tema principal de misteriosa tesitura y enfático ritmo con la intrusión instrumental de viento para señalar la vertiente melódica, y de cuya interacción surgió Sinematic (2019), su último disco en solitario con todo y dueto junto a Van Morrison y ya con la sabiduría compositiva bien sedimentada. Este mismo año presentó el documental Once Were Brothers: Robbie Robertson and The Band con reveladores apuntes sobre la vida de la famosa agrupación así llamada.

La música para Killers of the Flower Moon (2023) de Scorsese, con un tema central de orientación percusiva con alcance autóctono, fue la colaboración final de una vida prolífica, social y artísticamente comprometida de este enorme compositor, guitarrista y activista contra el racismo, como se deja escuchar en el relato Hiawatha and the Peacemaker, acerca de un jefe mohawk que formó parte de su imaginario desde la infancia y cuya herencia permaneció presente a lo largo de su trayectoria musical.