Archive for junio 2021

TORNEOS CONTINENTALES 2021 (II)

13 junio 2021

En el segundo día de estos tiempos futboleros marcados por torneos de selecciones, se desarrollaron partidos en Europa, mientras que en América velan armas para arrancar su respectivo certamen. El suceso del día fue sumamente impactante por cómo el jugador danés Christian Eriksen se desvaneció en el campo de juego, temiéndose lo peor. Después de larguísimos minutos y un traslado al hospital, se supo que se encontraba fuera de peligro mortal.

EUROCOPA (II): SUFRIMIENTO EN CASA

Tres partidos en este segundo día de actividades, dos de los cuales estuvieron cerca de no poderse llevar a cabo por el gran desasosiego que provocó el desvanecimiento repentino de uno de los baluartes de la selección danesa.

VALIOSO PUNTO GALÉS

Suiza salió al campo del estadio Olímpico de Bakú con intención dominadora, confirmando su etiqueta de favorito; por su parte, Gales se refugiaba en la lógica de la espera y tras pasar el primer cuarto de hora, los helvéticos se adueñaron de la pelota, si bien los celtas tuvieron una llegada de peligro a través de un sólido frentazo bien salvado por el arquero. Disparos desviados y un lucidor taconazo fueron las claras señales de cómo prevaleció la estrategia suiza que por fin rindió frutos al inicio del segundo tiempo, gracias a un cabezazo del batallador Embolo, aprovechando un punzante tiro de esquina cobrado por Shaqiri.

El gol le hizo muy bien al partido y a los galeses en particular, que empezaron a empujar al frente, ahora convirtiéndose en los controladores del juego; en contraste, los suizos atrasaron líneas sin mucha necesidad, confiando demasiado en su ventaja y superioridad al momento. El esfuerzo de los del Reino Unido fue premiado y Moore emparejó el marcador con gran remate de cabeza a la distancia, a falta de poco más de quince minutos, en los cuales otra vez los de blanco retomaron el dominio equivocadamente cedido y buscaron nuevamente tener la ventaja: estuvieron cerca e incluso movieron las redes pero en posición adelantada.

Soccer star Christian Eriksen sends 'greetings' to teammates after Euro  2020 collapse - ABC News

DRAMA EN INVERNALIA

En Copenhague se vivió un partido cargado de angustia cercana a la tragedia. También de solidaridad y muestras de afecto, más allá de una rivalidad deportiva, rebasada por el deseo común para que un colega se recupere. Dinamarca asediaba cada vez con mayor continuidad y peligro el arco de Finlandia, jugando su primer partido en su historia en la Eurocopa y apenas resistiendo los embates de los de casa. Fue entonces cuando Christian Eriksen, el gran jugador de 29 años del Inter de Milán, regresó la pelota de un saque de banda y se desplomó en el campo; jugadores de ambos equipos pidieron con urgencia la entrada de la asistencia médica para atender al jugador que yacía inconsciente.

Terribles momentos se vivieron en el terreno de juego que, afortunadamente se acompañaron de acciones y estampas memorables por parte de todos los involucrados: la atención oportuna ante la emergencia del personal médico; los compañeros formando una barrera a su alrededor y los rivales atentos y preocupados; el capitán y el portero consolando a la esposa del jugador; el público de ambos países coreando nombre y apellido del jugador, entre rostros desencajados y llenos de lágrimas. La noticia tardó en llegar pero fue salvadora: Eriksen se encontraba estable y el mundo del fútbol recuperaba el aliento. Ambas selecciones acordaron, en consecuencia, llevar a cabo el segundo tiempo del encuentro, que ya parecía suspendido en definitiva.

Los daneses continuaron con la misma idea de la primera parte, conscientes de su mayor capacidad individual y colectiva y acaso con la preocupación todavía presente pero con el impulso de saber que su compañero se encontraba estable. Los finlandeses seguían aguantando con su línea de cinco al fondo y, de manera inesperada, consiguieron irse adelante con un cabezazo de Pohjanpalo al centro del arco: una llegada, un gol para los también conocidos como Búhos Reales. La media hora restante representó una búsqueda permanente del empate, incluyendo un penal fallado y un par de aproximaciones peligrosas. Un partido atípico en el que se vivieron momentos muy difíciles, de vida y muerte, y en el que perdió el favorito a pesar del claro dominio impuesto.

SOLIDEZ BELGA

Desafortunadamente para los rusos, les tocó iniciar como anfitriones de los belgas, candidatos al título. Y las diferencias entre ambos se pusieron de manifiesto en el ámbito de la resolución y practicidad, no obstante que la visita no contó con un par de sus principales jugadores. Pronto levantaron la mano y empezaron a controlar el partido ante un rival que intentaba equilibrar con base en entrega y lucha, pero frecuentemente en desventaja táctica. Corría el ‘10 de dominio y Lukaku aprovechó un error defensivo que lo dejó solo frente al portero para enviar la pelota a la portería y reflejar lo sucedido en el campo al momento, de paso dedicándole el gol a su compañero danés del Inter de Milán, cuya estela se volvió a presentar en un duro encontronazo entre Castagne y Kuzyáev, ambos retirados del campo a la media hora de juego.

Unos minutos más tarde, Meunier aprovechó un mal rechace para anotar el segundo tanto de Bélgica y poner el partido en un lugar más difícil para Rusia, que había experimentado una ligera reacción al verse abajo. La segunda parte se podía decantar hacia un proceso administrativo por parte de los belgas o a una feroz reacción de los rusos, habituados a momentos cuesta arriba: ocurrió lo primero, a pesar de que hubo mayor presencia en el área y una ligera mejoría en ataque de los eslavos. Pero  fue el propio Lukaku quien se encargó de ponerle sello definitivo al curso del partido con su segundo gol del día cerca del silbatazo final, aprovechando un prolongado servicio rompelíneas. Sin ser elusivo o entregar un estilo depurado, Bélgica pisó fuerte.

EL DISCÍPULO: DOMINAR LA TÉCNICA Y CONSTRUIR LA VERDAD

13 junio 2021

George Steiner identifica tres escenarios de relación entre maestro y discípulo, con los múltiples matices posibles: en los dos primeros uno termina despreciando al otro, traicionando o tergiversando el vínculo, incluso dañando su integridad, mientras que en el tercero se alcanza un estado de intercambio y crecimiento mutuo (Lecciones de los maestros, 2004). Transitar de la admiración a la posibilidad de mostrarse falible, sin que se pierda la credibilidad: al contrario, justamente en cuanto a relación humana, se fortalece el acercamiento a partir del reconocimiento del otro, generando un espacio común de aprendizaje.

En efecto, una interacción pedagógica sólida implica la construcción conjunta de saberes y un respeto profundo por la dignidad humana, en el entendido de que se asumen roles específicos en momentos determinados, debido al saber más profundo del maestro pero susceptible de robustecerse al entrar en contacto con el discípulo. Una práctica formativa que implica un continuo de los procesos didácticos, siempre inacabados y dispuestos a seguir fortaleciéndose, más allá de una meta predeterminada, dado que los aprendizajes se van desarrollando en forma de espiral, eludiendo una linealidad terminal y en relación intersubjetiva con el otro.

Dirigida y escrita por Chaitanya Tamhane, después de su filme judicial La acusación (2016) con el que debutó como realizador, El discípulo (India, 2020) es una inusual inmersión dentro del complejo recorrido que hace un joven músico por estar a la altura de su maestro y alcanzar un nivel sublime en la interpretación de composiciones clásicas del norte de su país, toda una tradición que involucra encuentros, concursos y prolongados ensayos en los que se busca encontrar esa particular voz que exprese el sentimiento profundo de las piezas. Su vida se enfoca a tratar de convertirse en un artista para lo cual, quizá, no tenga el talento innato necesario, por más que se esfuerce y se obsesione, a pesar incluso de la guía severa y constructiva de su mentor.

A partir de frecuentes flashbacks, conocemos el surgimiento del interés y pasión del protagonista por la música, promovida sobre todo por su padre, y ahora reforzada por la escucha de unas cintas que dejó Maii, una gurú que explicaba la importancia de la inspiración y de los estados anímicos y mentales al momento de cantar, bien insertadas con voz en off durante los traslados en bicicleta del joven aspirante. Mientras vive con su abuela y se resiste a hablar con su madre, asiste a las lecciones con su mentor enfermo, de quien recibe críticas directas, casi siempre negativas, sin dejar de atenderlo y procurarlo con admiración, no obstante su frustración manifestada con otras personas que lo rodean: el reconocimiento en el entorno del canto clásico se convierte en su única motivación.

El discípulo del título, llamado Sharad, está interpretado por el músico Aditya Modak, sin experiencia actoral, en tanto al maestro lo encarna Arun Dravid, tampoco dedicado a la actuación, sino a la actividad de su personaje, de ahí el naturalismo que permea no solo en las actuaciones, sino en el desarrollo de las secuencias, tanto en los conciertos y presentaciones como en los ensayos y las conversaciones de las distintas personas involucradas. Abundan en el filme las presentaciones musicales capturadas en planos fijos tan ceremoniosos como los conciertos, funcionando también como una invitación a encontrarse con estas formas sonoras quizá ajenas al común escucha occidental, también tentado por la música de Aneesh Pradhan que acompaña el tránsito de toma de conciencia del aprendiz.

Se plantea, además, el debate entre el purismo y la ortodoxia de un género musical y sus encuentros con formas y arreglos más accesibles, incluso presentándose en concursos televisivos: mientras para algunos es una perversión de las tradiciones, para otros pudiera representar su ampliación de públicos. Por supuesto, el protagonista pertenece a los primeros y desprecia el éxito ajeno y cualquier manifestación que salga de los preceptos y estructuras del clasicismo ancestral, asumiéndose como un portador inamovible de una larga tradición sonora, no obstante él mismo no alcance a formar parte de esta élite interpretativa.

El aprendizaje implica, en cierto sentido, ruptura y reconstrucción. Parte de los mensajes que escuchaba de la gurú (voz de Sumitra Bhave), los señalamientos del maestro recibidos con estoicismo, del empresario criticando a su referente y hasta en los momentos de la meditación, apuntaban hacia pensar más en términos de praxis que de poiesis, en el sentido de entender que no se trata de buscar un producto terminado más allá de la propia práctica del canto, para la que el dominio de la técnica o la fama alcanzada no son suficientes, sino encontrar la propia voz solo para seguir en movimiento perpetuo. Y ya como maestro de niños y jóvenes, ponerse a prueba entre la delgada frontera de la flexibilidad y la rigurosidad, padeciendo acaso las dificultades por transmitir la profundidad y espiritualidad implícitas en el canto.

Queda cuestionarse las propias certezas y seguridades al momento de interpretar las piezas y escuchar opiniones contrarias a sus verdades, identificando situaciones y supuestos que impedían la libertad de las vocalizaciones, sí dentro de la estructura pero admitiendo la fluidez de un canto que buscara arriesgarse por los territorios de la raga con apertura a la improvisación, producto de las pulsiones vitales del momento. A fin de cuentas, puede haber varios caminos para encontrar el sentido y significado del aporte a la cultura de la música clásica de su tierra, como el de la producción, conservación y difusión de los artistas paulatinamente olvidados por las nuevas generaciones, aunque esperanzadoramente revisitadas en algún transporte público por un intérprete callejero.